La historia de Luis se repite casi todos los días. A él lo encontramos en Riohacha, La Guajira; su ciudad natal. Salió cuando era muy joven, para probar suerte al otro lado de la frontera y allá estuvo 35 años. Pasó por todo tipo de situaciones, trabajó en los mercados, también como albañil, hizo una familia, y ahora, a sus 60 años, dada la complicada situación en Venezuela, tuvo que retornar a Colombia.
“Me vine porque tengo un hijo 12 años, y me pedía comida. Y allá la comida era muy difícil. A veces no desayunábamos, o no almorzábamos. Uno salía al centro y no encontraba nada, las calles desalojadas. La gente del barrio todos empezaron a venirse a Colombia. Y dije, vámonos para Colombia. Tuvimos que vender todo lo que teníamos”, dice.
Luis cuenta que cuando volvió a Colombia, algunas personas que se acordaban de él de cuando era niño, le ayudaron. Una señora le prestó un terreno para que pudiera acomodar una vivienda, que poco a poco ha ido organizando.
“Llegué otra vez a comenzar de nuevo. A la edad mía, para conseguir trabajo y el tema de la pandemia, todo se ha vuelto muy difícil. Me siento inseguro. Yo le digo a la señora mía, el día que necesiten el terreno, ¿para donde cogemos? A veces no duermo pensando en eso y me pongo triste por la situación”, dice.
Un día salió temprano en la mañana para comprarle un jugo y un pan a su hijo, pero no tenía con que. Se encontró con un amigo y le contó lo que le pasaba. El le comentó que lo estaba ayudando una fundación. “Me pasó los datos y me dijo que llamara. Ese día me dio media bolsita de lentejas; yo las cociné en agua, les puse sal y eso fue nuestro almuerzo de ese día. Esa noche le pedí a Dios que me ayudara”.
A los pocos días sus oraciones tuvieron resultado. Lo llamaron de la fundación. “Me puse muy alegre, me dijeron que venían a visitarme, vieron en el estado en el que vivía, la situación en la que estábamos.” Luis y su familia recibieron la ayuda humanitaria de VenEsperanza, con ello compraron comida y ropa. Con su buen corazón desea que pronto muchas personas más puedan contar con esta mano amiga. “Yo quisiera que, así como me ayudaron a mí, hay mucha gente que está pasando necesidades, muchos venezolanos que me he encontrado en la calle.”