Destacando la voz de una miembro del equipo de VenEsperanza

Equipo MERA: fuerza, actitud positiva y proactividad al servicio de los niños migrantes venezolanos y sus familias. El programa VenEsperanza está compuesto por una serie de equipos impulsados por el trabajo duro, la unidad y el deseo de mejorar continuamente sus procesos. Uno de estos equipos es el de Monitoreo, Evaluación, Rendición de Cuentas y Aprendizaje (MERA) de Save the Children, y aquí se destaca  Stefania Echeverry Henao, quien se desempeña como Coordinadora de MERA de VenEsperanza. 

Hace un año y medio, Stefania asumió su papel en el equipo MERA, supervisando una serie de actividades de seguimiento del programa. «El equipo MERA se encarga de recopilar, procesar y gestionar los datos del programa de manera que estén alineados con los procesos de todo el consorcio, y de generar nuevas lecciones aprendidas y mejores prácticas».

Entre los colegas de Stefania hay oficiales y asistentes que apoyan las operaciones de Save the Children en Arauca, La Guajira y Bogotá, cada uno con responsabilidades que se complementan y apoyan entre sí y que, en última instancia, apoyan a las comunidades en las que trabajan los equipos. Su trabajo requiere una amplia coordinación, entre los equipos de Save the Children, otros miembros de VenEsperanza y el Gerente de M&E del consorcio, y los socios e instituciones externas que apoyan las referencias de las familias vulnerables y que trabajan regularmente para asegurar que la asistencia no se duplique a los participantes (como ACNUR y el PMA, a partir de este período). 

Para Stefania, ser trabajadora humanitaria es un sueño hecho realidad. Ha trabajado y crecido en este campo durante aproximadamente cuatro años, pero cuando comenzó la pandemia, se enfrentó a uno de los mayores retos de su vida profesional: cómo perseverar y continuar con su trabajo diario en estas nuevas circunstancias que evolucionan rápidamente. La transición al trabajo a distancia ha sido muy difícil, sobre todo para las actividades del programa que antes se realizaban en persona, como la inscripción y las conversaciones, ya que gran parte de la conexión en persona se ha eliminado del programa durante la pandemia.

Pero Stefania ha perseverado y se siente inspirada por la importancia del trabajo de su equipo en un momento en que la necesidad es mayor que nunca. «Siempre veía a los cooperantes trabajando sobre el terreno, y me imaginaba que algún día sería yo la que llevaría ese uniforme y trabajaría para garantizar los derechos y la dignidad de los niños de este país. Estar aquí en este momento me ha permitido ver a la humanidad con otros ojos. Cada día me despierto con la esperanza de seguir siendo parte del cambio, para que todos los niños de Colombia puedan hablar, sentirse seguros y vivir felices.»  

Stefania habla con fuerza y fortaleza: es con su actitud positiva que ella y el equipo de MERA afrontaron las dificultades que presenta COVID-19. Ahora lo ve como una oportunidad para reinventarse, una oportunidad difícil, pero no imposible. «La transformación nos desafió a ser más disciplinados y estratégicos en la forma de recibir, gestionar y desplegar nuestros datos. Y, lo que es más importante, confirmó que somos un equipo fuerte y capaz: que no somos los mismos que al principio, sino que estamos innovando constantemente y encontrando nuevas formas de mejorar para nuestros beneficiarios.»

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